La DYA propone la reducción de pintura.

El presidente de la DYA, Juan Antonio Usparitza, ha hecho saber una propuesta de esta asociación sobre el pintado de pasos de peatones. Recomiendan la desaparición de las bandas blancas o amarillas y su sustitución por unos nuevos pasos de cebra consistentes en una línea de detención previa. Esta línea estaría seguida de una primera franja de cuadros de 0´5 metros de lado separados por medio metro entre ellos y, cuatro metros más adelante, se finalizarían con otra gama de cuadros igualmente separados de las mismas dimensiones. Usparitza aboga, en nombre de su asociación, por la adecuación progresiva de los pasos actuales a medida que se vayan deteriorando.

En esta misma línea, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, ha anunciado que modificará todos los pasos de cebra elevados de la ciudad para evitar “los continuos patinazos” (sic). Ya por parte del Ayuntamiento de Bilbao hemos venido apreciando la inclusión de una zona extra libre de pintura en los pasos repintados.

Cualquier iniciativa de este tipo es positiva. Venimos trabajando en ello desde hace tiempo y, por parte de Diputación Foral de Bizkaia, hay un compromiso de trabajo a la petición que MOTOZERRAK les transmitió el pasado 25 de junio. Que esta iniciativa venga apuntalada por parte de una Asociación del prestigio como es la DYA tiene un valor especial. Somos conscientes de que esta “batalla” acabará por ser una victoria para quienes solicitamos un cambio en la señalización horizontal de nuestras vías, sabedores del peligro que encierra una pintura que, con agua, se convierte en una auténtica pista de patinaje.

El único “pero” que podemos poner es el siguiente. ¿Cuándo lograremos que las diferentes administraciones se tomen realmente en serio estos temas y, por iniciativa propia, no se dediquen a modificarlos sino que estudien los efectos antes de comprobarlos, in situ, como hasta ahora hacen? Que un Ayuntamiento reconozca que las pinturas deslizan en mojado mientras, al mismo tiempo, ha dado el visto bueno a la utilización de dos colores en los pasos, resulta lamentable. Nadie tiene que inventar nada; ni sistemas nuevos de señalización, ni recursos de emergencia para tapar las deficiencias, ni arenas mágicas que agarran nuestras motos. Nadie tiene que inventar nada porque ya está todo inventado. Y eso es lo grave. Existen instrucciones técnicas para la elección de la pintura en base a criterios como pluviosidad de la zona, condiciones climatológicas, material sobre el que se pinta, etc. Esto es innegable porque cualquier persona tiene acceso a ello. El problema surge cuando se hace la vista gorda sobre la realización de las obras. Cuando no se supervisa el acabado ni se sopesan los problemas que conlleva una elección incorrecta de materiales. Además, debemos ser conscientes de que, el mayor problema que podemos ver surgir es la falta de estandarización de la señalización. Eso también es seguridad porque no sólo andamos por nuestra ciudad sino que visitamos otras y, obviamente, a nadie le gusta encontrarse una señalización que no sólo deba atender, sino que también tenga que interpretar.

Estamos trabajando por cambiar esto. Por conseguir que desde Fomento se tomen cartas en el asunto y se realice, después de cinco años, la regulación de este tipo de pasos elevados para homogeneizar su colocación en todos los municipios. Una regulación que, esperemos, recoja nuestras necesidades para una mayor seguridad de los usuarios de dos ruedas. Sobre los pasos no elevados no decimos nada porque, pese a que se hable de supuestos beneficios demostrados en estudios técnicos, su pintado esta regulado en el artículo 168 del Reglamento General de Circulación (aprobado en el Real Decreto 1428/2003 de 21 de noviembre de 2003), y eso debe ir a misa. Nada de experimentos caseros, sino seriedad en el trabajo. Eso es lo que pedimos.